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Conociendo Cape Town.
La visita a Cape Town la he dejado para el final por que creo que fue uno de los lugares que más me impresionó. Es una ciudad llena de contrastes, con una historia latente y llena de señales que nos recuerdan el paso y el peso que tuvieron en su historia los Ingleses, Portugueses y Holandeses.
Como nos dijo el guía, podíamos distinguir tres tipos de edificios: los bonitos, los de estilo británico, como si estuvieras en el mismísimo Londres; los prácticos, los Holandeses y los feos, los construidos durante el apartheid. La ciudad está presidida por una ciudadela que nos recuerda su “origen naval” y como os digo, es realmente sorprendente entrar en el Vivero y que las plantas sean “de importación colonial.
Una ciudad asombrosa, con un precioso barrio musulman con casas de colores vivos y alegres que invitaba ver la vida de otra forma bajo ls imponentes montañas Mesa y Cabeza de León, a las que se puede subir andando o en teleférico. Por cuestión de tiempo y de energía, elegimos la segunda opción. El hecho de que fuese de fabricación suiza y tras haber sobrevivido a llegar a la Gran Muralla China en ese medio, no tuvimos dudas. Es muy recomendable, ofrece unas vistas de la ciudad única.
Excursiones en Cape Town.
Nosotros hicimos tres excursiones y no se cuál de todas nos gustó más:
· La primer fue a una bodega donde hicimos una cata mientras disfrutamos de una comida típica sudafricana exquisita. Recuerdo con mucho cariño ese lugar, imaginad una extensión enorme de tierra y una casa con porche de madera donde comimos con gente de diferentes países mientras nos explicaban el origen del vino africano, los tipos de vino y demás. Idílico (y los vinos buenísimos!)
Para los escépticos, os contaré que los vinos africanos nacen ante la necesidad de la ciudad de satisfacer a los marineros que paraban en su puerto antes de seguir su ruta quienes demandaban vino y mujeres. Se les ocurrió deportar a presos o delincuentes franceses que supiesen de la elaboración del vino.
· La siguiente excursión que hicimos fue a la isla de las focas. Es una excursión en barca y a la isla no se puede acceder. Es precioso tener a estos animales tan cerca. En un principio no se dejan tocar, pero yo tuve la suerte de hacer esta amiga a cambio de un poco de pescado jejeje
· Visita a la reserva de pingüinos: y ahí sí creí morir de amor. Los pingüinos africanos está en peligro de extinción por lo que el coste de la entrada a su reserva, va destinado al cuidado y protección de los mismos. Ojalá dentro de unos años, esto no sea así. Creo que ha sido de las cosas más bonitas y maravillosas que he visto nunca.
Os dejo con algunas de las fotos que hicimos. En mi instagram y en el de @MrDaqui, podéis ver más fotos. Simplemente recordaros los post anteriores: empezamos el viaje en Sudáfrica que terminó en Cape Town y de ahí volamos a Isla Mauricio.
WOWW QUE MARAVILLA DE VIAJE!!!