Un lugar especial para mi, el London Eye.
Hacía fácilmente nueve o diez años que subí por primera vez al London Eye. Era mi segunda vez en Londres pero esta vez, había viajado sola para pasar 15 de vacaciones que en mi anterior empresa habían decidido darme en Noviembre… por que sí, por que en un banco se funciona así. Era un viaje de huída de una situación personal y laboral desastrosa.
El viaje me vino genial, fue una de esas experiencias en las que sientes que te vas liberando y que vuelves encontrarte con la persona más importante de tu vida: tú misma. Londres me tenía completamente fascinada: su ritmo, su oferta cultural, sus luces y recuerdo las ganas que tenía de verla desde arriba, desde un punto en el que a penas escucharía su ritmo por lo que, dejando atrás el parlamento y vigilada por el Big Ben, crucé el río camino al London Eye.
Maravillada por esa estructura metálica, le pregunté en mi inglés con un marcado acento español al chico que recogía los tickets en la entrada quien me contestó “Eres española ¿verdad? Si te esperas 30 minutos termina mi turno de trabajo y subimos juntos, invito yo” Fue una sensación rara, él me contó que había tenido que huir de Sevilla en busca de trabajo para ayudar en casa, y yo, lo poco que me gustaba mi trabajo y mi vida de entonces. Para l@s morbos@s que estéis pensando que fue el comienzo de una bonita amistad o algo más, os diré que hablamos durante la media hora de la vuelta, nos dimos dos besos al bajar para despedirnos y nos deseamos mucha suerte.Éramos dos personas solas que solo querían alguien que las escuchara. Pese a lo mal que estoy poniendo mi situación en aquel entonces, he de deciros, que fue uno de los mejores viajes de mi vida… hasta este.
Sexta vez que visitaba Londres y sigo sin cansarme, pero esta vez con él, con mi “bigotillo” quién conocía la historia que os he contado anteriormente y quién tenía algo preparado para mi.
Nos hacía ilusión subir al London Eye, por que es algo que nunca antes habíamos hecho juntos. Ahora puedes elegir las Vip Experiences que, además fast track y de ser menos personas en la cabina (tiene capacidad para 25 personas y en nuestro caso solo éramos 9) incluyen cava, cata de vinos o chocolate. Nos decantamos por el cava.
Y allí fue, a 135m de altura, con toda la ciudad de Londres a nuestros pies y con el London Bridge como testigo, cuando me abrazó y con los ojos brillantes y la voz temblorosa me dijo… bueno, en realidad no recuerdo lo que me dijo, por que me puse super nerviosa! pero se que pronunció las palabras “casarte, que estemos juntos el resto de nuestra vida” y cosas así y que sujetaba un anillo precioso en la mano que luego me contó cómo había diseñado exclusivamente para mi. Lo pienso y se me encoge el estómago.
Obviamente dije que sí y ya no recuerdo mucho más del London Eye, solo que ha cambiado mi historia y mi vida.
No tenemos fecha, ni lugar, ni idea de nada, pero ayer lo contamos en un directo por instagram stories y hoy quería compartirlo con todos vosotros (aunque aún podéis ver el vídeo en instagram) pero por supuesto, os mantendré informados!
¡Un besazo enorme familia y mil gracias por estar ahí!
Seguimos flotando ☺️❤️Enhorabuena family!!!! Qué bonito y cuanta felicidad ???Una etapa fantástica y plena.Felicidades de nuevo ☺️❤️❤️❤️❤️?
Viva Los Novios !!!!!
Hola guapa!
Que sitio más ideal para una pedida de mano, enhorabuena preciosa, deseando ver ese anillo con detalle 😉
besitos!