Cambios. Puede que sea parte de de la vida, el cambio continuo, la constante evolución. Al menos yo, no lo entiendo de otra forma. Lo considero parte de nuestra esencia, de mi esencia. Si no siento que cambio, que crezco, que evoluciono, me siento estancada y pierdo el interés. Siempre ha sido así, aunque puede que no siempre haya sido consciente de ello, incluso puede que haya perdido cosas por el camino.
¿y por qué digo esto ahora? Por que el mes de junio ha sido un huracán que me ha sacudido día tras día; por que después del gran año de cambios y evolución que hemos vivido con la pandemia y cuando pensaba que nada más loco podía pasar, la vida me sorprende de nuevo, no una ni dos ocasiones, hasta tres veces y si esto ha pasado en un mes ¿os imagináis todos los cambios que he vivido desde que nació Mavi Trapos hace casi 11 años?
Y no es que me haya cansado de Mavi Trapos, es que tengo otras inquietudes, otras preocupaciones y otros intereses. Y por un lado oigo mi yo interior: “se fiel a ti misma!” Por otro lado, oigo a mis miedos (cómo gritan los muy —-) “¿qué va a ser de ti? tú siempre has sido… ¿vas a cambiar ahora?
Sea como sea, si algo hemos aprendido de la pandemia, es sobre la fugacidad de la vida, sobre lo fácil que es perderlo todo sin darnos cuenta, y no me refiero solo a la muerte, en este año hemos perdido demasiado tiempo, demasiadas risas por lo que voy a vivir, a hacer lo que el cuerpo me pida cuando me lo pida (dentro de un orden, por supuesto) pero ahora más que nunca.
Como siempre, eres bienvenido a acompañarme en este viaje en el que crecer y apoyarnos mutuamente, día a día, será una de mis prioridades. Y esta vez no me refiero a grandes proyectos, a nuevas empresas (que puede que también) , me refiero como personas y como seres ¿me acompañas?
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