Con la locura que estamos viviendo, cada semana tenemos una nueva realidad respecto a las medidas de protección y contención del maldito virus. Durante las últimas semanas, los restaurantes han permanecido cerrados, afortunadamente, muchos de ellos han ofrecido servicio de delivery o take away, así que hemos podido seguir disfrutando de una de las cosas que más nos gusta: comer. Hoy quiero hablaros de cuando pedimos uno de nuestros restaurantes favoritos: el Restaurante Maremar.
Como os comentaba ayer donde os hablaba de la decoración e inspiración mediterránea que elegimos para nuestra mesa, amamos el mar, y nos sentimos muy afortunados de vivir en una ciudad pegada al Meditterráneo. Creemos que un privilegio y un verdadero lujo es poder mirar el mar, mientras disfrutamos de una gran cocina. Esto y más, nos ofrece el Restaurante Maremar.
Pedimos una de sus especialidades: el arroz de buey de mar. Demasiado sabroso y como bien nos dijeron “no os preocupéis por que sea a domicilio, llega en perfectas condiciones” y así fue, como recién salido de su cocina.
Como entrantes pedimos bravas (no pueden faltar), ensaladilla rusa y una pata de pulpo. Aunque en Maremar todo esta buenísimo debido entre otras a la calidad de sus productos, es cierto que apostamos por nuestros “básicos imprescindibles”. Y fue un verdadero placer.
Acompañamos la comida “Habla del Mar…” un vino blanco de mezcla atlántica de viñedos costeros (ya sabéis que estos vinos nos encantan) de Bodegas Habla. Nos dejamos aconsejar por Rabitas Gastronómía, la boutique gastronómica que descubrimos hace unos meses y que ha conquistado nuestros corazones, nuestros paladares y nuestros corazones. Pero esa es otra historia de la que pronto os hablaré.
Os dejo con algunas fotos de la mesa y de los platos. Cuidaros mucho y si es con comida buena, mejor.
¡Un besazo enorme!
felicitaciones por el post.