A veces, nos ocurren cosas maravillosas…
y puede que por lo que sea no lo veamos. A veces estamos más preocupados en pensar en lo que no tenemos, en lo que no llega, que en disfrutar de lo bueno, de esas pequeñas o no tan pequeñas cosas maravillosas que nos pasan o al menos así lo siento y paso a explicaros:
Cuando entro en Instagram, creo que soy una única blogger/ influencer/ instagramer/ persona a la que nunca le han mandado una cajita de suscripción tipo body box, birchbox, diet box o lo que sea; tampoco he probado nunca ninguno de esos tés maravillosos detox, ni he participado en ninguna de esas campañas invasivas (o invasoras) de Octoly en las que de pronto un labial o una crema era la favorita de todo el mundo pese a que mucha gente ni lo había abierto (verídico) En primer lugar, me gustaría aclarar que para nada es una crítica y por otra que si no lo he hecho, ha sido por decisión propia ya que si hay tanta gente súper profesional y súper válida hablado de ello yo he preferido mantenerme al margen y tratar de ofrecer contenido más original, diferente y novedoso y aunque haya días que por lo que sea, que un poco “rarita” o diferente que suena mejor 😉
Pero de pronto, te llegan otro tipo de recompensas, de esas que valen la pena, que te sacan una sonrisa y hasta a veces los colores, de esas que hacen que te de absolutamente igual el maquillaje de turno y que creas que el camino que has tomado es el correcto, y no me refiero solo a cuando vamos por la calle o por un evento y gente que no nos conoce de nada nos para para darnos la enhorabuena por nuestras fotos (aunque aquí gran parte del mérito es de nuestros fotógrafos jeje) me refiero a cuando de pronto un reconocido fotógrafo Italiano viene a Valencia y quiere hacerte fotos, cuando alguien te llama por que en una emisora de radio están hablando de ti, poniéndote como ejemplo de blogger/ influencer/ instagramer/ persona con la que trabajar y encima lo hace gente a la que admiras muchísimo (gracias Inma, Belén y Alba!) o cuando de repente, una de las mejores mixólogas de la ciudad, hace un coctel inspirándose en ti y en tu pareja ¡increíble! ¿verdad?
Os dejo algunas fotos de Eugenio Morangiu (aunque podéis ver más en el post de ayer); un enlace al programa de radio La Ventana de La Moda de Inma Aznar donde hablan de mi (más o menos entre el minuto 4 y 15) y la foto con la explicación de nuestro coctel Jazz and Wine que podéis probar en Vicentino, en la C/ San Vicente al lado de la plaza de la Reina, Valencia.
¿son cosas maravillosas o no son cosas maravillosas?
Por supuesto… millones, millones y más mil millones de gracias a todos los que lo habéis hecho posible.
¡Un besazo enorme!
que bonito que hablen de ti, estas cosas se recuerdan para siempre y se agradezcen al trabajo bien hecho. besos y enhorabuena