Hace unos días, visitamos un restaurante italiano en el centro de Valencia: Mangia (c/ Brodador, 5, junto al Miguelete)
Creo que fue nuestra segunda salida a un restaurante después de todo lo vivido por lo que decimos acudir a medio día, ya que pensamos que habría menos gente. Si bien es cierto que las altas temperaturas de finales de junio en Valencia y el estar aún cerradas las fronteras hicieron que el centro de la ciudad fuera casi irreconocible.
Durante la mañana, Mr.Daqui tenía que acudir a su sastre por lo que aprovechamos para pasear por la ciudad. La elección del vestuario la tuve clara, tenía que incluir calzado cómodo sí o sí.
Nos encontramos ante una ciudad desierta, de comercios y restaurantes cerrados. A penas nos cruzamos gente. Es cierto, que el calor del medio día, no era el más adecuado para pasear, pero insisto en que la ciudad estaba exageradamente vacía.
Llegamos a Mangia, el restaurante italiano en el centro de Valencia, situado justo al lado de uno de nuestros favoritos de la ciudad: La Moma Cova Gastronómica. Pero en esta ocasión le tocaba el turno a una de las cocinas más internaciones, la italiana.
Por supuesto, sobra decir, que el cumplimiento de las nuevas normativas de seguridad, higiene y prevención ante el maldito virus, fue más que riguroso.
El trato también excepcional: atento y rápido, sin resultar cargante en ningún momento (ya me entendéis). Ofreciendo además un muy buen asesoramiento (especialmente con el postre jejeje)
Nuestra selección:
Queríamos probar un poco de todo, por lo que pedimos una ensalada de tomate y burrata, un plato aparentemente sencillo pero en la que se pueden apreciar la calidad de los productos; queso provolone al horno con un toque de miel, una de esas combinaciones mágicas. Estos fueron los entrantes.
Como platos principales una pizza diavola que no so asuste su nombre, pues de sabor estaba muy buena y a penas tenía un toque picante; gnocchi con tomate queso y grana y he de decir QUE SON LOS MEJORES QUE HE PROBADO NUNCA, a diferencia de otros, se apreciaba perfectamente la patata, siento casi una masa/ puré más que piezas de gnocchi independientes. También probamos la pasta a la boscaiola: una salsa hecha con ajos, setas, guisantes, nata, cerdo y tomate. Delicioso.
De postre un tiramisú, una cheese cake y su más que recomendable tarta de tres leches.
Ains… Italia y su cocina ¡cuánto me gusta!
¡Un besazo enorme y feliz semana!
Anotado lo dejo 💕